¿Por qué autopublico?

Sin duda alguna, el sueño de todo escritor es ver su obra publicada. Todos, sin excepción, soñamos con el momento de entrar en una librería y encontrarnos con nuestro trabajo expuesto en ella. No, ahora no me vengan con aquello que escriben porque les hace feliz. Sí, no deja de ser verdad, escribimos porque nos gusta y nos hace feliz, no me imagino a un escritor escribiendo por obligación, ¿o puede darse el caso dependiendo de la letra pequeña que no has leído al firmar un contrato?
Está claro que cuando trabajas con una editorial has de seguir unos márgenes de tiempo más estrictos que si te autopublicas, aunque esto es un decir, yo autopublico y me pongo tiempos. Está claro que llegado el momento podría incumplirlo y, sacar la novela más tarde de lo esperado pero, por el momento, siempre he cumplido con mis objetivos.

Autopublicar no es tarea fácil, te toca la parte bonita: escribir la historia, crear personajes a los que llegas a sentir como parte de tu vida, buscar localizaciones, investigar momentos históricos para ser coherentes...y la parte más fea y dura: corregir, editar, maquetar, publicar, promocionarte...llenar de spam las RRSS...En fin, tú y solo tú, has de hacer el trabajo de toda la plantilla de una editorial. No, no es fácil, nada fácil pero, en realidad, nada en esta vida lo es...

¿Por qué autopublico?

Hace un par de años yo ni me había planteado lo de publicar libro, menos aún, autopublicarme, cuando una editorial me envío un email, habían leído Tres no son multitud en el blog (cuando aún era solo una novela y no una trilogía) y querían publicarme. Juro que leí veinte veces el correo, nunca se me había pasado por la cabeza que las cosas pudieran pasar así. 

Y como la lechera del cuento hice castillos en el aire, de pronto me imaginé publicitada en todas partes,primero en digital y luego en papel, sobre todo porque ya habían comenzado a pedirme saber más de la historia. Las lectoras del blog ya habían comenzado con su campaña de querer saber el antes y el después...

...pero no fue así...

De pronto, descubrí que yo tenía que corregir los errores, me encontré discutiendo por la portada: no me gustaba ninguna de las que me enseñaban, no les encontraba nada qué ver con mi historia, con el estilo fresco de la novela...y lo peor, vi que yo debía moverme por las redes si quería promoción. ¿Qué hacía la editorial por mí? ¿Poner su sello? ¿Para qué quiero yo un sello de una editorial a la que conocen cuatro gatos? Los cuatro gatos que publicábamos con ellos...

Lo único bueno que hice es que no había cedido mis derechos, y así podía publicar con otra gente y entonces me planteé autopublicar. Ya que con ellos tenía que currar y repartir mis royalties, me lo curraba yo y bueno, sí también reparto mis royalties con Amazon pero no peleo por portadas y, de cuando en cuando, ellos me promocionan...

No quiero decir con esto que no quiera una editorial, pero no quiero cualquier cosa. No estoy dispuesta a venderme a cualquier precio. Y no por ser escritora autopublicada soy menos que las que tienen un sello de alguna editorial, los derechos de mis novelas son míos y cuando quiera las quito de la plataforma y ya está. 

En el último año he visto casos de compañeros timados por sus editoriales, ¡ojo!,esto no quiere decir que todas las editoriales sean iguales, pero sí que todos cuando una editorial nos abre sus puertas nos cegamos y no leemos la letra pequeña del contrato. Y a veces, cedemos todos nuestros derechos sobre ese trabajo, que es casi como un hijo para nosotros... de esta manera, he visto a compañeros que han cambiado el nombre de sus personajes, cambiado finales de historias por ser más comercial, buscando mecenas para poder publicar (lo cual no deja de ser legitimo, pero yo si firmo no es para eso...).

No, yo lo tengo claro, el día que firme con una editorial es porque yo podré dedicarme únicamente a la parte bonita, a la que me gusta: inventar historias con las que los lectores disfruten, y ellos del resto del trabajo.

Muaaaaaackis...muaaaaaaaackis

Comentarios

  1. Respuestas
    1. Hola, Marissa
      . De verdad que estamos en un mundo de auténtica locura pero mientras no tenga una súper oferta, y no hablo de dinero, seguiré autopublicando.
      Muaaackis

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